La costumbre de pedir dulces de puerta en puerta, es decir, el famoso "truco o trato", deriva de una práctica de la Europa del siglo IX conocida como "souling",que era una especie de servicio para las almas. El 2 de noviembre, conocido como el "Día de los Fieles Difuntos", los cristianos primitivos iban de pueblo en pueblo mendigando "soul cakes", es decir, "pasteles de almas", que eran trozos de pan con uvas pasas. Cuantos más pasteles recibieran los mendigos, mayor sería el número de oraciones que rezarían por el alma de los parientes muertos de sus benefactores. En esa época se creía que, al morir, las almas permanecían en el limbo durante cierto período para purgar sus pecados, y que las oraciones, incluso rezadas por gente que no fuera familia del difunto, podían acelerar el ingreso del alma al cielo.
Aquí os presento algunas alternativas divertidas a los famosos calderitos de plástico para que los niños lleven como cestas, además de paso se reciclan cajas de cereales, bolsas de papel... Son muy sencillas de hacer y los niños pueden ayudar en su elaboración, por lo que será doblemente divertido.
Y para sorprenderles os presento estas preciosas calabacitas muy sencillas se hacer y que les encantarán a los más pequeños, o dulceros decorativos de chocolate.
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