Este lunes 6 de enero se celebra la fiesta en honor al dios Dionisos. Es el dios de la vendimia y el vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis, y un personaje importante de la mitología griega, como hijo del dios principal Zeus. Fue también conocido por los romanos como Baco. Es el dios patrón de la agricultura y el teatro.
También es conocido como el ‘Libertador’, liberando a uno de su ser normal, mediante la locura, el éxtasis o el vino. La misión divina de Dioniso era dar final al cuidado y la preocupación. Los investigadores han discutido la relación de Dioniso con el «culto de las almas» y su capacidad para presidir la comunicación entre los vivos y los muertos. Se describe a Dioniso como femenino o «masculino-femenino». El séquito de Dioniso era llamado el tíaso y estaba formado principalmente por ménades.
Las bacanales se celebraban en secreto y con la sola participación de mujeres en la arboleda de Simila, cerca del monte Aventino. Posteriormente, se extendió la participación en los ritos a los hombres. La notoriedad de estas fiestas, donde se suponía que se planeaban muchas clases de crímenes y conspiraciones políticas, provocó en 186 a. C. un decreto del Senado —el llamado Senatus consultum de Bacchanalibus, inscrito en una tablilla de bronce descubierta en Calabria (1640) y actualmente en Viena— por el que las bacanales fueron prohibidas en toda Italia, excepto en ciertas ocasiones especiales que debían ser aprobadas específicamente por el Senado. Pese al severo castigo infligido a quienes se sorprendía violando este decreto, las bacanales no fueron sofocadas, especialmente en el sur de Italia, durante mucho tiempo.
Para los celtas Branwen, hermana
de Bran el Bendito y diosa de la fertilidad y el amor, estaba asociada
al vino. Otras divinidades asociadas al vino fueron Etain y el pueblo
divino de los Tuatha De Dánann. El
cultivo del viñedo y el vino llegaron a la Galia celta y a los germanos
a través de Roma y allí se popularizó, llegando a ser la bebida preferida de los dirigentes, jefes tribales, reyes,
nobles y personas de prestigio, ya que el pueblo celta continuó bebiendo
la "corma", cerveza de trigo mezclada con miel. Pronto
los habitantes de la galia central aclimataron el viñedo y para
sorpresa de los romanos, que no pensaban que pudiese dar fruto en tan
altas latitudes, llegaron a conseguir tan buenas vides y vinos que ellos
mismos se convirtieron en sus mejores clientes. Los romanos también introdujeron el viñedo en Britania, pero alli, los enfriamientos posteriores forzaron su desaparición.
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