Mañana día 9 de Enero se celebra la fiesta en honor de la diosa Selene, según el calendario Wiccano. Selene es hija de los titanes Hiperión y Tía. El de diosa lunar es su papel principal. Selene terminó siendo suplantada en buena medida por Artemisa. En la genealogía divina tradicional, Helios, el sol, es su hermano y tiene una hermana llamada Eos que es la diosa de la aurora. En el arte, Selene era representada como una mujer hermosa de rostro
pálido, conduciendo un carro de plata tirado por un yugo de bueyes
blancos o un par de caballos. A menudo era retratada montando un caballo
o un toro, vistiendo túnicas, llevando una media luna sobre su cabeza y
portando una antorcha.


Seguidamente se declarará la razón por la que se invoca a la diosa:
"Vengo ante Selene, la que siempre brilla, para honrar su luz y el comienzo de un ciclo nuevo. Vengo a honrarte para protejas a mi familia, dichosa por recibir tu luz, y vengo a agradecer las bendiciones que has derramado sobre mi y los mios."
Una vez hecho esto, enciende la vela y el incienso y recita la invocación:
"Escucha, Diosa Reina, portadora de luz, divina Selene, que vagas por el aire, nocturna,
portadora de antorchas, doncella de la Luna, que aumentas y
disminuyes, femenina y masculina,
madre del tiempo, portadora de frutos, que todo lo ilumina, que todo lo ves, que te alegras en la tranquilidad y en la
noche de próspero hado, brillante, dadora de gracia, adorno de la noche que gobiernas, toda sabia; ven, benévola, bienaventurada, brillando con triple luz, y salva a tus suplicantes.”
Entonces forma con tus manos un triángulo y enfoca la luna, siente pasar su energía que se concentra en el centro del triángulo, luego pasa el triángulo formado con tus manos sobre el cáliz y el pan. Es entonces cuando bebe del cáliz y se come del pan. Tras realizar esto se reza a la diosa:
"Selene, que brillas para todos, ilumínanos, cúbrenos con tu plateado mando, cólmanos de tus virtudes, otórganos tus bendiciones, danos tu gracia. Tu que brillas siempre en el cielo y eres nuestra guía."
Tras la oración, y a modo de despedida, nos tocamos el pecho, la garganta y la frente, luego decimos: "Que mi corazón y mi voz y mi pensamiento sean solo uno para honrarte." Finalmente al marcha se vuelve a brindar con el vino y se dice: "Salve Selene".
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