La Pascua tiene vínculos con la celebración de la primavera, la cual representa el renacimiento del sol y en la que tienen lugar la realización de ritos que celebran la fertilidad. En estos antiguos ritos se adoraba la divinidad femenina que provocaba el renacimiento de la fuerza masculina de la luz. Como vemos, todas las celebraciones de la Iglesia Católica se fundamentan en otras anteriores, y esta no iba a ser menos. En inglés Pascua se dice Easter, palabra que hace referencia a ciertas divinidades femeninas relacionadas con la primavera, la fertilidad y el amor. En resumen, la Pascua, es una vez más, un plagio de una religión antigua en la que se celebraba también, en cierto modo, la resurrección, pero en este caso de la luz del sol, que es quien restaura la vida en la tierra, quien la hace resurgir. Por tanto el renacimiento representa a la primavera.
Manly P. Hall, en su libro "Enseñanzas secretas de todos los tiempos", dice que, por razones que consideraron valiosas, aquellos cronistas de la vida y actos de Jesús eligieron transformarlo en una deidad solar. El Jesús histórico fue olvidado. Todos los incidentes destacados en los Cuatro Evangelios tienen correlaciones con las fases, movimientos o funciones de los cuerpos celestiales... Entre otras de las alegorías que incorporó el cristianismo de las religiones antiguas está la historia del bello Dios del Sol, de ojos azules, con su cabello dorado cayendo en los hombros, vestido de blanco, inmaculado, llevando en sus brazos el cordero de Dios [Aries, el carnero o becerro], símbolo del equinocio invernal. Este guapo joven es un compuesto de Apolo, Osiris, Orfeo, Mitra y Baco, ya que tiene ciertas características en común con todas esas deidades.
Volviendo a la palabra inglesa Easter, parece provenir de la diosa Ostera o Eoster, que es la diosa del amanecer o de la primavera, más aún, está íntimamente relacionada con la divinidad babilónica Ishtar, que fue adorada como Venus, y que resulta ser la "estrella del amanecer o del atardecer" y por tanto consorte del Dios sol. El día 17 de marzo tiene lugar la celebración en honor de la diosa Ishtar. Se asociaba principalmente con la sexualidad y su culto implicaba la prostitución sagrada. Sus sacerdotisas ejercían la prostitución para que los clientes sintieran a la diosa dentro suyo, de hecho, durante el acto se llega al orgasmo, momento en el cual, la presencia física se olvida por un momento alcanzando una consciencia superior que nos conecta con la esencia divina. La ciudad sagrada Uruk se llamaba "la ciudad de las cortesanas sagradas", además, la misma Ishtar fue la "cortesana de los dioses". A esta diosa se la representa mediante una estrella de ocho puntas. Ishtar no es una diosa del matrimonio, ni es una diosa madre, sino que es la protectora del acto sexual en sí, y de los amoríos extramaritales, entre otras cosas. En suma es un momento para celebrar el despertar de la tierra y, también, la sexualidad en un sentido más elevado, como un acto que nos ayuda a conectar la esencia humana con la divina. Ya lo dice el refrán: "La primavera la sangre altera".
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